lunes, 5 de marzo de 2012

Maldición


Maldita la bruja que me condenó,
creía puro su corazón.
Pero que sabe del deber una mujer,
no encontré forma de librarme,
ni poción, ni ensalmo, ni rito.
Desde el día en que ella me maldijo,
el mal pasara de padre a hijo.

Me traiciono mi amor
y le pidió a la luna mi castigo.
El orgulloso nombre de mi estirpe
quedó por ella con convertido
en el nombre de la bestia
que siempre va conmigo.
Pero antes de morir la bruja dijo
que me confiaba un acertijo:

“Busca y encuentra a tu peor enemigo
mantente firme y no huyas de él.
El amor es la maldición que te encadena
y la llave que te devolverá la libertad”.

Son mi ruina la maldición y el acertijo
de esta bruja que amé y no pude desposar.
Combatí en muchas batallas y vencí
pero no hay triunfo si no derrota para mí.
A los Wulf que padezcan por mi culpa,
y a sus hijos que no serán hombres ni bestias,
les pido resolver el acertijo
y liberar de la maldición a nuestra estirpe.
Ivan Wulf
En el año del señor mil setecientos quince. 
(Tomado del libro El Amante Maldito)